buena salud

¿Cómo podemos mejorar nuestra salud?

Esta es una pregunta que se hacen cada vez más a menudo muchos especialistas de la salud. Estar sano no sólo significa no padecer ninguna enfermedad, sino también disfrutar de bienestar físico, mental y social.

El concepto de Salud

Aunque el concepto de salud puede variar de una persona a otra en función de sus circunstancias, la base de una buena salud se fundamenta en unos hábitos nutricionales correctos y nuestro papel es fundamental a la hora de prevenir. Hablemos de qué es la buena salud y cómo conseguirla.

Cada persona es diferente y, en función de sus circunstancias personales, como la edad o el estilo de vida, gozar de buena salud puede implicar aspectos distintos. Por ejemplo, no comparte las mismas condiciones una persona mayor sana que un deportista de élite sano. Aunque los avances en la investigación médica han hecho que hoy dispongamos de multitud de tratamientos de todo tipo para evitar, controlar y prevenir enfermedades, nuestro papel en el cuidado de nuestra propia salud es muy importante: todos los profesionales médicos coinciden en que una buena salud empieza por unos buenos hábitos nutricionales, y la prevención y la educación son pilares fundamentales para ello.

¿Cómo podemos cuidar nuestra salud?

Ahora que sabemos exactamente qué es la buena salud, hablemos de lo que podemos hacer para llevar una vida más sana. Resumo aquí 10 consejos sencillos y eficaces para seguir a diario.

1. Cuida tu alimentación

La dieta desempeña un papel fundamental en el bienestar y la salud. Se recomienda reducir el consumo de sal, azúcar refinado y ácidos grasos saturados (carne, productos lácteos) y favorecer en su lugar los ácidos grasos insaturados (pescados grasos, aceites vegetales), los cereales integrales y, por supuesto, las frutas y verduras. De hecho, una revisión científica ha demostrado que por cada 100 g adicionales de fruta y verdura consumida, el riesgo de depresión se reduce en un 3%.

2. Practicar una actividad física regular

Es sabido que la actividad física ayuda a mantener la figura, pero sus beneficios no se quedan ahí. De hecho, el deporte favorece la longevidad, ayuda a reducir el riesgo de enfermedades crónicas y mejora la salud mental. Según la Organización Mundial de la Salud, el sedentarismo se considera el cuarto factor de riesgo de muerte en el mundo. Si no practica deporte con regularidad, es aconsejable caminar 30 minutos al día a un ritmo constante. Vea nuestro artículo ¿Deporte para mayores?

3. Beber más agua

El cuerpo de un adulto es 60% agua. Cada día, gastan una media de más de 2 litros de ella. Todos sabemos que beber agua es excelente para nuestro organismo, pero mucha gente se olvida de beber lo suficiente. Conviene recordar que algunos alimentos (frutas y verduras) hidratan el organismo, mientras que otros (alcohol) lo deshidratan. Se recomienda beber al menos entre 1,5 y 2 litros de agua al día.
La sed ya es un signo de deshidratación, así que recuerda beber a lo largo del día.

4. Dormir mejor

El sueño es crucial para muchas funciones biológicas.
Se ha demostrado que dormir demasiado o muy poco aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiacas, diabetes y obesidad.
Por término medio, un adulto necesita dormir entre 7 y 9 horas por noche. Para conciliar mejor el sueño, es aconsejable bajar la luz ambiental antes de dormir, comer ligero por la noche para facilitar la digestión, evitar el café y el té después de las 17.00 horas, realizar actividad física durante el día y disponer de ropa de cama cómoda.

5. Tómate tiempo para relajarte

La vida moderna es fuente de gran estrés para muchas personas, lo que tiene efectos muy perjudiciales para la salud. Por eso es muy recomendable hacer pausas en este ritmo de vida. Una siesta, leer o ver una película es bueno para la salud. También existen plantas adaptógenas que pueden calmar el organismo.

6. Salir y ver mundo

Somos seres sociales. Compartir tiempo con otras personas ayuda a crear una identidad y a mejorar nuestra salud física y mental. Ver gente significa utilizar el cerebro y el cuerpo para hablar, reír, tomar el aire... Esto reduce mucho el riesgo de depresión. Es aconsejable, por ejemplo, apuntarse a un club, una asociación o un equipo deportivo.

7. Tener una actitud positiva

Mantener una actitud positiva tiene un impacto real en la salud y el bienestar. El cerebro necesita avanzar, tener metas, retos... Tener una meta o una actividad que nos importe da sentido a nuestra vida, es excelente para la moral y reduce el riesgo de depresión.

8. Evitar el tabaco

No te estamos enseñando nada, el tabaco es muy perjudicial para la salud. Es responsable de muchos trastornos y aumenta las posibilidades de desarrollar una enfermedad grave. La esperanza de vida se reduce drásticamente, el cuerpo se intoxica y se agota.
Dejar de fumar no es fácil, pero es un paso importante para mejorar la salud.

9. Sustituir el café por té

Más fácil de hacer para unos que para otros, sustituir el café por el té (especialmente el té verde) cada mañana es una solución sencilla y cotidiana muy beneficiosa para la salud. El té es mucho más rico en antioxidantes, que ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer y otras enfermedades relacionadas con la edad.

10. Limite el tiempo que pasa sentado en el trabajo

Un estilo de vida sedentario favorece problemas de salud como la obesidad y el dolor de espalda. El trabajo de oficina implica a menudo pasar horas y horas sentado. Es importante levantarse a la hora de comer, hacer pausas regulares y moverse. Estas pausas durante el día no sólo limitan los daños de estar sentado, sino que también mejoran la concentración.